Hay una premisa clara, que en este caso y sin que sirva de precedente, puede considerarse como absoluta: padres, debemos investigar sobre los valores que van a recibir los niños a través de la gran pantalla...
Séptimo arte, industria de los sueños, mantra del entretenimiento; ¡llámalo como quieras! pero, siempre tendrás en mente que el cine es una fuente elemental de transmisión de valores (consciente o inconscientemente). Valores educativos, sociales, culturales y/o emocionales... Estos valores, actúan como factores socializadores en la vida de nuestros pequeños, es decir, determinan el desarrollo de su espíritu crítico y aportan a su pronta vida, una cultura de la imagen primordial. No olvidemos, que es esto lo que les permite conjugar osadamente el mundo diegético y extradiegético (tarea pendiente, por cierto, de muchos adultos) en su diario vivir.
Seguramente mientras lees estas líneas, estarás pensando en algunos ejemplos de largometrajes (o de los olvidados cortometrajes) que podrían considerarse apropiados, convenientes, oportunos, correctos y/o referentes para el desarrollo crítico infantil y la consolidación de sus valores. Pero en vez de apostar por nuestra subjetividad, esta vez os daremos la premisa que puede guiar vuestra decisión, dentro del gran abanico de posibilidades:
"Largometrajes que permitan integrar valores emocionales sobre la familia, la amistad, la tradición, el respeto, la identificación, la proyección y el valor de la diferencia, entre otros".
Hace poco, en un periódico de tirada nacional, uno de sus redactores, comentaba al respecto: "El cine nos ayuda a transmitir valores a nuestros hijos y es un medio fundamental para desarrollar su empatía y futuro espíritu crítico".
Al respecto, si algo es indiscutible en la sociedad y en sus elementos culturizadores es el entender la identificación como parte del proceso del desarrollo del ser humano. Identificación formada a partir de aspectos sociales, culturales, emocionales e interpersonales, de los que nos nutrimos desde la infancia para construirnos como personas.
Diversos estudios demuestran que nuestro cerebro es empático (neuronas espejo) y este es precisamente, el funcionamiento por el que el niño, al ver imágenes en la pantalla, se ve proyectado en los personajes, aunque la historia esté relatando una realidad bastante alejada o ajena a la del pequeño. Estos procesos de identificación/proyección proporcionan al niño la capacidad de encontrar estrategias que resuelvan sus conflictos personales o emocionales, y además, les ayuda a poder entenderse a sí mismo con mayor facilidad. Cuando un pequeño se identifica con "su personaje preferido" está realizando una selección en función de unas determinadas cualidades y valores que le atribuye al personaje diegético. Es precisamente este procedimiento el que propicia que el niño se atreva a enfrentarse, nombrar y explicar todos aquellos sentimientos que difícilmente toleraría un niño que no cuente con este fondo explicativo que proporciona el cine.
"A través de la identificación, el niño, puede colocarse en estos personajes sin miedo, y verlos desde fuera, lo que le permite poder pensar en los nudos propios sin quedarse atrapados en ellos"
En definitiva, lo que queremos con este artículo, es incentivar, apoyar y motivar las salidas al cine con los pequeños, debido a los múltiples beneficios que presenta también para la educación, y por tanto, para el desarrollo en la infancia. Así, queremos destacar algunos "modos" en los que el cine se convierte en un instrumento educativo:
En primer lugar, digamos que , "el cine tiene la capacidad de formar e informar de manera más divertida e inconsciente"; esto quiere decir, que el niño no es consciente de que está siendo educado, motiva su interés y le permite salir de las tareas habituales; por lo que es una forma de enseñar buenos valores, buena autodefinición, buena autoestima y todo aquello que puede resultar más "complicado" de forma explícita.
Por otro lado, el cine suele mostrarnos el mundo como es, enseñándonos ejemplos de cómo funcionan las cosas en él, permitiendo que tanto niños como mayores aumenten la capacidad de resolver conflictos y el conocimiento acerca del mundo. El cine les enseña pautas, estereotipos, costumbres y actitudes muy importantes en la sociedad; puede enseñar valores humanos que hoy en día brillan por su ausencia; les ayuda a desarrollar un espíritu crítico y creativo en una sociedad invadida por la "normalidad".
Pero, con todos los beneficios, también sabemos los perjuicios que puede conllevar una película que, en vez de enseñar todo lo positivo de lo anteriormente dicho, enseñe lo perjudicial y lo que debería mantenerse al margen de la infancia (aunque sean cosas que tarde o temprano tengan que aprender, cuanto más tarde, mejor). Por todo ello, nos corresponde a los padres reflexionar sobre aquello que nuestros hijos van a asumir como imaginario social de referencia.
Existen múltiples fuentes donde poder verificar con antelación lo que una determina película va a aportar a nuestros hijos: blogs especializados, tráilers, críticas de cine, visionado previo y para nosotros, la última opción: el "boca a boca".
Y aquí podría resumirse nuestra propuesta: "Mi mamá tiene un plan" da nombre a una página no sólo dirigida a madres como su nombre indica, sino para todos aquellos agentes involucrados en la educación de niños, aunque en especial a papás y mamás. Se trata de un conjunto de periodistas especializados en ocio infantil y familiar, sí en la zona de Madrid y alrededores, pero para nuestro tema es lo que menos importa, ya que lo que nos interesa es el contenido de su blog, donde aportan una sección denominada "cine para niños"; ahí podéis ver diferentes opciones de películas en el cine antes incluso de que se estrenen, y además, incluyen una valoración y explicación de lo que nos vamos a encontrar en una determinada película; así podréis ir más seguros al cine, sabiendo qué es lo que queréis que vuestros hijos aprendan.
Hola ¿de quien es este blog?