Desde que tengo uso de razón, no sólo desde que ejerzo el derecho a votar, he visto diferentes líderes locales, regionales y nacionales. Me gustaba la política cuando se hablaba de proyectos. Quizás unas nacionales el programa es más general, sin embargo cada región y cada localidad/ciudad tiene unas necesidades concretas. Sus ciudadanos/as tienen unas preguntas/dudas sobre lo que serán los siguientes cuatro años y el motivo por el que no se cumplió parte de lo prometido en la legislatura pasada.
Las necesidades sociales han cambiado. Inclusión social, lucha por conseguir la igualdad social entre hombres, mujeres y clases sociales. Equidad es otro vértice por el que debe ir un proyecto. La búsqueda de soluciones a los problemas estructurales, económicos y logísticos que tiene una sociedad dependiendo de dónde viva. El cambio climático, energías renovables, despoblación y vivienda. En el último caso vemos como hay lugares donde faltan viviendas y poblaciones donde hay muchas en venta, en el mejor de los casos enteras y no en ruinas.
Estas preguntas, dudas, incertidumbres y necesidades son las que deben de ponerse sobre la mesa en una campaña. Cada partido deberá proponer y prometer. Quien gane tendrá cuatro años para demostrar que su palabra tiene valor, por el contrario a los cuatro años tendrá que justificar por qué no ha cumplido con lo prometido de ser así.
Eso es otro debate.
Sin embargo en la última campaña se ha embarrado todo. Como viene siendo costumbre últimamente. Hay un sector político que cuando no gobierna utiliza técnicas “legales” pero de dudosa integridad moral y política.
En 2015 y 2019 ya hubo en las listas de EH Bildu personas relacionadas con ETA. En definitiva según desvelaba la cadena SER … condenados por terrorismo… en 2015 fueron 9 y uno de ellos, Juan María Gabirondo, por delitos de sangre… en 2019 presentó a 13 candidatos que habían sido condenados…
Por aquel entonces parece ser que no le molestó a nadie del Partido Popular ni a ningún barón socialista.
Seamos serios, me parece un error. No me van a ver en las trincheras defendiendo la actitud de EH Bildu de llevar a este tipo de personas. Mi condena y mi repulsa, aquí, ahora y siempre. Algo que será legal, pero no moral, bajo mi opinión, siempre y cuando no haya una petición de perdón oficial y serio. Sin embargo no se puede ir de íntegro como hace Feijoo cuando en el año 1998 era Secretario General de Asistencia Sanitaria. Presidente del Instituto Nacional de Salud y no se opuso a la afirmación de Aznar cuando dijo que ETA era un “Movimiento de Liberación del Pueblo Vasco”. No se puede ser más hipócrita en la vida. A falta de proyecto bronca. El problema que tiene el actual líder de los populares es que tiene un pasado político y por eso está más limitado que Ayuso. Aunque en hipocresía y falta de proyecto anden igual.
Sin embargo los que ahora se autodenominan “constitucionalistas” olvidan que a sus fundadores, algunos con sangre en las manos, se les incluyó en el nuevo proyecto de país. Todavía hoy con miles de personas en las cunetas, no han pedido perdón. Y ahora se levantan con la voz de la dignidad política.
Hay que ser deshonestos con la sociedad para actuar así.
No me cabe duda que el líder conservador sabe que es un error pero es consciente que Ayuso le puede desbancar y como no hay proyecto ni propuestas políticas pues recurre al fango.
Es muy triste.
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